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Historia de Castejón

Aparece expresamente en el área de vigencia del fuero otorgado por el rey Alfonso I el Batallador a Tudela a raíz de su reconquista (1229). Con todo, no se segrego de Corella como municipio propio hasta 1929, y durante toda la Edad Media fue lugar de señorío.

En 1350 poseía 16 fuegos; 4 en 1366, uno de ellos hidalgo; 14 habitantes en 1786 y solo 8 en 1824. Parece que poseyó primero el linaje de Rada hasta que Sancho VII el Fuerte lo incorporo al patrimonio de la Corona (1222).

Teobaldo I lo concedió como feudo hereditario a Guillermo Pérez de Castejón (1244); de este descendía quizá Martín Gil de Atrosillo, obligado a entregar el lugar por 2.200 libras a la reina Juana II (1344), a quien no había prestado el preceptivo homenaje.

Carlos II lo volvió a encomendar (1351) por 1.000 libras al caballero aragonés Juan Jiménez de Urrea y su esposa María Jiménez de Atrosillo. Ante el peligro que las hostilidades entre Castilla y Aragón suponían para la plaza, el infante Luis la transfirió al navarro Pedro Martínez de Urniza (1360), los correspondientes emolumentos, incluidos los devengados por el frontón; se libero, sin embargo, de su pecha a los labradores damnificados por las correrías castellanas.

Después de haberlo otorgado a su chambelán Martín de Aibar, Carlos III transfirió el señorío a su ahijado Carlos de Beaumont (1399), hija de alférez del mismo nombre y de María Jiménez de Buil o Atrosillo, descendiente esta probablemente de los antiguos titulares aragoneses del lugar. Este recargó luego en Luis hermano de Carlos, el cual lo cambio (1453) a otro de sus hermanos, el prior sanjuanista Juan de Beaumont, por las villas de Atondo, Murco, y Orcoyen. Siguió luego vinculado al mismo linaje de los Beaumont.

En 1850 contaba con una sola casa habitada por pastores y una venta perteneciente a la Diputación. Con la reforma administrativa de los años se había integrado en el ayuntamiento de Valtierra, del que luego pasó a Corella.

La suerte de Castejón cambio por lo demás con la construcción del empalme que unía Pamplona con la línea ferroviaria del Ebro, en 1859-1861. Tras la guerra de 1872-1876, empezaron a multiplicarse los edificios alrededor de la estación. Se constituyo en concejo en 1922 y se segregó como ayuntamiento independiente el día 4 de octubre de 1927.